[2][3] A su regreso a México, administró con gran acierto la hacienda vitivinícola de San Lorenzo (adquirida por su padre algunos años antes), consiguiendo la electrificación de la ciudad de Parras gracias a su amistad y colaboración con Thomas Edison, del que fue importante mecenas y colaborador.
[4] En 1887 conformó la compañía Madero y Hernández Sociedad Agrícola, junto a su tío Antonio V.
[5] En 1891, fue uno de los accionistas que conformaron la Compañía Minera San Nicolás, asociándose con el general Jerónimo Treviño, Manuel Romero Rubio, Viviano L. Villarreal, Antonio V. Hernández, Eduardo Zambrano, Evaristo Madero, Andrés Farías, entre otros.
[6] En 1892 fue miembro del primero consejo de administración del Banco Mercantil de Monterrey, junto a Enrique C. Creel, José A. Muguerza, Antonio V. Hernández, Francisco G. Sada, Valentín Rivero Gajá, Tomás Mendirichaga, Lorenzo González Treviño, Vicente Ferrara, entre otros.
[7] En 1900 figuró entre los accionistas de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, junto a Vicente Ferrara, Eugenio Kelly, Viviano L. Villarreal, Melchor Villarreal, su hermano Ernesto Madero Farías, José A. Muguerza, Francisco G. Sada, Tomás Mendirichaga, Eduardo Zambrano, entre otros.