Francisco Juániz de Muruzábal y Ocáriz, también llamado Martín Francisco Juániz de Muruzábal y Echalaz (baut.
En 1650 se trasladó a la Universidad de Salamanca, estudiando en el Colegio de San Bartolomé, donde se licenció en la misma disciplina.
Tras servir varias cátedras, el rey le concedió en 1660 una plaza de oidor en la Real Audiencia de Sevilla, pasando cinco años después con el mismo cargo a la Real Audiencia de Granada, de la que terminó siendo presidente, cargo que también ocupó en la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid.
En 1686 el rey le concedió una plaza en el Consejo Real, y en 1691 le hizo merced del marquesado de Zabalegui.
[2] En 1695 fue nombrado para ocupar la silla episcopal de Cartagena, falleciendo en la ciudad de Murcia el mismo año.