Francisco Javier Conde

La Segunda República Española le empleó como funcionario del Ministerio de Instrucción Pública.

Discípulo de Carl Schmitt entre 1934 y 1936, traducirá sus principales obras al idioma español.

Su perfil intelectual fue el del jurista político o jurista de Estado con una sólida formación germánica y un profundo conocimiento de la historia y del pensamiento políticos.

Su condición de funcionario republicano así como sus antecedentes ideológicos socialistas le causaron algunos problemas cuando regresa a España para incorporarse al bando nacional, trabajando hasta el final de la contienda en labores editoriales y doctrinales en Burgos.

Desde finales de los años 1990 comienza a salir del olvido, pues se le dedican tesis doctorales y ensayos y se reeditan algunas de sus obras.