Escribió además la obra El hombre práctico o Discursos sobre su conocimiento y enseñanza (Bruselas, 1686, falso pie de imprenta por Sevilla, con las iniciales de autor incompletas también para evitar conflictos con otros sectores conservadores como la iglesia o la monarquía española; segunda edición, Madrid: Joaquín Ibarra, 1764; tercera, Madrid: Miguel Escribano, 1779).
Se trata de discursos sobre la magia (Discurso XII), la medicina (XVI), la poesía (XVII), la virtud y el arte militar (XXIII), las pendencias y desafíos (XXXIII), la verdad de la historia (XLVI) o la felicidad y resignación en la voluntad de Dios (LV).
El hilo conductor interno, al que ya se refirió en los "Preliminares" el Padre Herrera, es el orden cronológico de la vida del hombre, desde su nacimiento hasta su muerte.
El autor se remite como fuente en la composición de sus discursos a los Moralia o discursos morales de Plutarco, antecedente más remoto del ensayo, pues pertenecen al género epidíctico o charla.
Condena asimismo pretendidos y falsos saberes próximos como la astrología, la quiromancia etcétera.
La lógica de Aristóteles: Según José Antonio Maravall, utiliza por vez primera los criterios, tan dieciochescos, de sociabilidad e insociabilidad, hasta el punto de que llega a proponer, anticipando a Rousseau, un establecimiento sobre base contractual de la sociedad o contrato social: hay que persuadir a los hombres a que Otro concepto que luce ampliamente en su libro es el de urbanidad, al que el padre Benito Feijoo dedicará un amplio discurso, "Verdadera y falsa urbanidad".