Francisco Díaz Pimienta

En este sentido, el mismo rey Felipe III reconocería posteriormente, mediante Real cédula, la creación del mayorazgo en su familia.

Tales partidas bastan para probar el matrimonio del capitán Francisco Díaz Pimienta con Dª.

Frente a esta creencia, existen importantes declaraciones que le dan naturaleza cubana; las que recoge por ejemplo el Arrate y Salinas, historiadores cubanos,, para extender su partida de nacimiento en La Habana.

La tradición conservada y transmitida en La Palma es que el almirante Francisco Díaz Pimienta nació en Tazacorte por el año 1594, fecha que concuerda con las edades de este general en otros testimonios de su vida militar.

Abunda en esta opinión un historiador canario, coetáneo suyo, Pedro Agustín del Castillo,[3]​ siguiéndose en la misma línea con la biografía publicada por el periódico El Ramillete de Canarias,[4]​ y corroborando lo mismo los bibliófilos palmeros Juan Bautista Lorenzo y Pedro José de las Casas Pestana.

En este sentido, el mismo Almirante hace una revelación en su testamento al legar una lámpara para que ardiera después de su muerte: señores Pedro Diaz Pimienta y Dª.

María Román, mi mui amados Tíos, que me criaron algunos años con amor y Posteriormente partiría a Sevilla para profundizar en sus estudios académicos, a los que se aplicó con gran interés.

El testamento del Capitán expresa que su hijo se hallaba en Sevilla el año 1610, estudiando la carrera eclesiástica, y siendo la fecha ya indicada de su nacimiento 1594, queda testimoniada su presencia en la ciudad al menos hasta los, muy probablemente, 16 años.

Refiere también El Ramillete que el joven Díaz Pimienta pidió con insistencia se le destinara a la marina de guerra y se enviase a Cartagena, no sin haberse antes perfeccionado en las matemáticas, las cuales acabó de repasar en aquella población.

Contemporáneos y compañeros suyos en Sevilla declararán documentalmente que, a la muerte de su padre, abandonaría la carrera eclesiástica, casándose en esta misma ciudad.

Durante el año 1632 no salieron flotas de la península en dirección a Nueva España.

Quedaban por entonces vivos 62 holandeses y 15 negros, junto con el jefe del fortín, en grave estado.

Cabe destacar la expedición siguiente, cuya dirección fue otorgada a Fernando Mascarenhas, conde de la Torre, como capitán general del mar Océano.

Que feneció gloriosamente sus días en el sitio de Barcelona y año del Señor 1652».