Durante su estancia en Mauthausen realizó un gran número de fotografías que en la posguerra fueron claves para sentenciar a dirigentes y colaboradores nazis en los juicios de Núremberg.
Tras su liberación de Mauthausen, Boix trabajó en Francia como reportero gráfico para la prensa cercana al Partido Comunista Francés (L'Humanité, Ce Soir, Regards).
Como el partido no tenía interés en las fotos de Boix, éste optó por publicarlas por su cuenta.
[3] En 1946 Boix fue testigo en dos procesos contra criminales de guerra nazis: ante el Tribunal Internacional de Núremberg testificó (llamado por la acusación francesa) contra altos jerarcas nazis, como Ernst Kaltenbrunner y Albert Speer.
[5][8] Boix también declaró en el proceso estadounidense celebrado en Dachau contra 61 acusados de crímenes en Mauthausen y también allí fueron mostradas sus fotografías.