Francesco di Maria (Nápoles, 1623-1690) fue un pintor barroco italiano.
El estilo clasicista del maestro lo influenció fuertemente durante toda su etapa juvenil.
Es célebre su disputa con Luca Giordano, recogida en varios relatos histórico-artísticos, como el del Abate Lanzi, pero sobre todo en la Storia de' pittori, scultori e architetti napoletani de Dominici (1742).
El propio Francesco Solimena, su alumno más prestigioso, le dejó para acceder al taller de Pietro y Giacomo del Po, seguidores de Giordano y, según Francesco Di Maria, de su: A lo que respondió Luca Giordano con una rima calificando a Di Maria y sus secuaces de «...Ebrei ostinati, fissi nei rancidumi di loro legge» (Hebreos obstinados, anclados en la raciendad de su ley).
Regresado a Nápoles recibió importantes encargos para los palacios e iglesias napolitanas, donde se encuentra buena parte de su obra.