Francesco de Mura (Nápoles, 1696-1782) fue un pintor italiano del último barroco.
Entre 1741 y 1743 permaneció en Turín, donde conoció al arquitecto Benedetto Alfieri y al pintor Corrado Giaquinto.
Retornado a Nápoles, mantuvo el contacto con pintores activos en Roma, especialmente con el francés Pierre Subleyras, y gozó de amplio crédito, al punto de ser llamado a Madrid para trabajar al servicio de la corte española.
[2] Con su técnica cromática y los contenidos realistas, propios del clasicismo rococó, influyó ampliamente en los ambientes artísticos del «Settecento» napolitano.
A su muerte dejó todas las obras y bocetos que conservaba en su poder a la institución de caridad del Pio Monte della Misericordia de Nápoles.