[2] Nació en Saint-Gilles (Gard, Francia) y fue alumno de su padre y después de Antoine Rivalz en Toulouse.
[5] Pintó distintos temas, entre los que se incluyen retratos (Benedicto XIV, Museo Condé en Chantilly), escenas mitológicas (Caronte atravesando las sombras de la laguna Estigia, Museo del Louvre) y bodegones,[6] pero sobre todo fue reconocido por sus cuadros religiosos (como por ejemplo, San Benito resucitando al hijo de un jardinero, hoy en la iglesia de Santa Francisca Romana en Roma), que presentan un aire mucho más serio que la mayoría de obras francesas del periodo rococó.
[7] Su obra más famosa es la Misa de San Basilio, pintada para la Basílica de San Pedro del Vaticano, pero que actualmente se encuentra en la Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires en Roma.
La enorme pintura fue aclamada inmediatamente tras ser presentada en 1748, pero Subleyras murió el año siguiente, antes de poder conocer el éxito de su obra.
[8] Posteriormente pasó a ser una figura parcialmente subestimada, pero una importante exposición sobre su obra en París y Roma en 1987 contribuyó enormemente a considerarle como uno de los pintores franceses más destacados de su época.