En 1882 estrenó en el Teatro Romea la comedia Infanticidi!, versión personal de una pieza italiana.
Nuevas comedias estrenadas por él (Mala jugada (1891) y L'última voluntat (1892), se publicaron también con ilustraciones suyas.
Fue el crítico de arte del diario La Publicidad y de la revista Álbum Salón (1900-1907), defendiendo una línea moderada.
En 1911 desempeñó durante una temporada como empresario del teatro.
Desde 1907 volvió a ejercer la pintura y expuso varias veces, en exposiciones individuales (en la Sala Parés) y colectivas.