[3][4][5] Como resultado de su bloqueo a la aprobación de la talidomida, el presidente John F. Kennedy le otorgó el President's Award for Distinguished Federal Civilian Service, máximo galardón honorífico concedido por el gobierno estadounidense a un empleado civil.
[4][9] Ese mismo año, Kelsey completó con éxito sus estudios y obtuvo un doctorado en Farmacología en la Universidad de Chicago en 1938.
[11] Entre tanto conoció al también miembro de la facultad, el doctor Ellis Fremont Kelsey, con quien se casó en 1943.
[3] A pesar de que había sido aprobado en más de veinte países europeos y africanos,[12] se negó a autorizar el medicamento y exigió más estudios;[2] y pese a la presión del fabricante por obtener la aprobación, insistió en solicitar información adicional para explicar un estudio clínico inglés, aparecido en la sección de cartas a la redacción del British Medical Journal, que documentó un efecto secundario sobre el sistema nervioso.
[3][4] Fue elogiada en la primera página de The Washington Post como una heroína,[13] por evitar una tragedia similar en los Estados Unidos.
[5] Estas reformas demandaron «límites más estrictos para las pruebas y distribución de nuevos medicamentos»,[11] para evitar problemas similares.
La enmienda reconoció también, por primera vez, que «la eficacia debería ser establecida antes de su comercialización».
[7] Como resultado de su bloqueo a la aprobación de la talidomida en Estados Unidos, el presidente John F. Kennedy le otorgó en 1962 el reconocimiento President's Award for Distinguished Federal Civilian Service,[6] máximo galardón honorífico concedido por el gobierno estadounidense a un empleado civil,[14] convirtiéndose en la segunda mujer en recibirlo.