Cuando su marido se enteró, promovió un gran escándalo en la corte, a causa del cual fue encerrado en la prisión de Fort-l’Évêque y después exiliado a sus tierras.de Montespan ya no figuraba como favorita del rey, pero no se decidía a abandonar la corte y a separarse de éste; continuaba viviendo en sus habitaciones particulares con su ritmo de vida, ofreciendo grandes fiestas y viviendo siempre por encima de sus posibilidades.En 1692, su hijo el duque de Maine se casó con una nieta del Gran Condé, y su hija Melle de Blois se casó con el duque de Chartres, sobrino del rey.En 1691 se fue a París pero más tarde volvería a Versalles, donde compartió seis apartamentos con su prima, Bonne de Pons.Montespan llevó una vida piadosa y falleció en 1707.