Tras un comienzo de carrera como verificador en Ernst & Young, se decantó hacia la aviación civil.
Legault fue al comienzo un administrador de Provigo y un verificador en Ernst & Young.
Cuando tenía 29 años, después de pasar brevemente por Nationair, entró en Québecair.
Abandonó la empresa y vendió sus acciones sin avisar a sus socios, «lo que ha puesto Air Transat en grave dificultad financiera».
[13] Lucien Bouchard lo nombró entonces en el ministerio de la Educación y como vicepresidente del Conseil du Trésor.
[14] Es también uno uno de los que critian más Ottawa sobre el asunto del desequilibrio fiscal.
La organización que Legault creó durante un año antes de la salida de Landry se dividió sobre todo entre los candidatos André Boisclair y Richard Legendre, que Legault apoyó.
No obstante, Legault dio igualmente dinero a la campaña de André Boisclair.
Pauline Marois expresó su desacuerdo y consideró que el proyecto de soberanía tenía que estar a la orden del día lo más pronto posible.
El manifiesto estaba firmado por diez otras personalidades quebequesas: Bruno-Marie Béchard Marinier, Lionel Carmant, Jean Lamarre, Sylvie Lemaire, Michel Lemay, Chantal Longpré, Marie-Eve Proulx, Stéphanie Raymond-Vela, Annie Samson y Jean-François Simard.
En las elecciones generales del 7 de abril de 2014, el PQ mandó a Pierre Paquette, antiguo diputado y jefe parlamentario del Bloque quebequés, para afrontar François Legault en L'Assomption.
Constituyó una voz fuerte de oposición al poder liberal en funcionamiento, conducido por el primer ministro Philippe Couillard.
[27][29] Sucedió al liberal Philippe Couillard, primer ministro desde 2014 hasta 2018, cuyo partido perdió 36 escaños.
En efecto, fue el primer ministro provincial más popular del país.
Esta formación política incrementó significativamente su representación parlamentaria, pasando de 21 escaños a 74, asegurándose una mayoría absoluta.
[39] La preocupación radica no tanto en las propuestas concretas de la CAQ, que algunos partidos xenófobos europeos podrían considerar moderadas, sino en la introducción de un debate que anteriormente era marginal.
Las propuestas de Legault podrían, en consecuencia, tener un impacto negativo en la economía quebequesa.
[39] La situación política en Quebec parece reflejar una tendencia global donde líderes como Matteo Salvini, Viktor Orbán o Donald Trump han popularizado discursos xenófobos en regiones donde anteriormente carecían de influencia.
Es un recordatorio de que Quebec, una tierra tradicionalmente acogedora hacia los inmigrantes, enfrenta nuevos problemas en el panorama político contemporáneo.
[39] Mientras Canadá busca reforzar su compromiso con la inmigración, el gobierno federal planea recibir un récord de nuevos inmigrantes, sumando 1.45 millones a su población de 39 millones para 2023.
[40] En la política de Quebec, se ha discutido ampliamente sobre el enfoque del Primer Ministro François Legault respecto a la identidad nacional y la inmigración.
Estos críticos afirman que tales tácticas pueden ser divisivas y potencialmente dar lugar a actitudes intolerantes dentro de la sociedad.
Historiadores y politólogos han señalado que movimientos nacionalistas del pasado, una vez alimentados por líderes influyentes, han podido llevar a la violencia, la supresión de derechos básicos o el señalamiento de grupos específicos como enemigos.