[1][2] Las lesiones presentan supuración profunda, son de lenta curación y producen cicatrices.
En ocasiones, por influencia del inglés, se utiliza erróneamente el término «ántrax» para referirse al carbunco;[nota 1] las dos enfermedades tienen en común las lesiones cutáneas como síntoma, sin embargo, al contrario que el ántrax de origen foruncular, las úlceras causadas por el carbunco suelen ser indoloras.
[2] La infección es contagiosa y se puede diseminar a otras áreas del cuerpo o a otras personas, por lo cual no es raro que se den en varios miembros de la misma familia al mismo tiempo.
Aunque el ántrax puede aparecer sin ninguna causa aparente, se han identificado la mala higiene, ciertas dolencias como la dermatitis o la diabetes y un sistema inmunitario debilitado como factores que aumentan el riesgo.
Es importante lavarse bien las manos después de tocar un ántrax y lavar con agua muy caliente cualquier prenda o ropa que se comparta con un enfermo, como toallas; esto disminuye el riesgo de infección por contagio.