En un futurista y distópico año 2017, John Henry Brennick (Christopher Lambert), un oficial del ejército retirado intenta cruzar la frontera con Canadá junto a su mujer: Karen (Loryn Locklin), embarazada de su segundo hijo debido a las estrictas políticas sobre el "hijo único".
Para mantener la férrea disciplina, a cada interno le insertan vía oral un chip llamado "intestinador" que puede producir desde dolores extremos hasta la muerte dependiendo de la infracción cometida.
El rodaje tuvo lugar en el parque temático de la Warner Brothers Movie World en Queensland, Australia.
No obstante, se podría decir que "moldea" de manera tétrica RoboCop, The Handmaid's Tale y Un mundo feliz".
[1] Nathan Shumate de Cold Fusion Video comentó en su crítica: "es una película entretenida e interesante con varios giros inesperados.