Los primeros documentos que hacen referencia a la fortaleza se remontan al siglo XIV, citado en el año 1350.
En el siglo XVIII cambió de propietarios, pasando a manos de la familia Campomanes, que habitaron y reformaron la fortaleza, y a finales del siglo XIX fue vendida nuevamente a la familia Novo.
Estos propietarios la vendieron de nuevo a una persona que pretendía derruirla para reutilizar la piedra.
Por iniciativa del director del Museo Provincial de Lugo, Manuel Vázquez Seijas, la Diputación Provincial de Lugo la adquirió en septiembre del año 1939.
Esta fortaleza permaneció varias décadas sin uso alguno, hasta que en el año 1983, el arqueólogo Felipe Arias Vilas la convirtió en la sección de etnografía del Museo Provincial de Lugo.