Gracias a su colosal tamaño, la ciudadela se ha convertido en un símbolo nacional de Haití y ha aparecido en monedas, billetes, sellos postales y promociones del ministerio de turismo haitiano.Christophe ordenó su construcción (junto con la Fortaleza Jacques y la Fortaleza Alexandre) para defender a la recién nacida Haití de posibles invasiones por parte de Francia, que no quería aceptar que había perdido su colonia más valiosa en 1804.[2] Según el folclore local, los obreros negros mezclaban el cemento con cal viva, melazas, y sangre de animales (vacas, caballos y cabras) para que la unión entre los bloques de piedra fuera más sólida.El General Christophe, gracias a sus espías, estaba enterado de esto, pero nunca le advirtió a Dessalines, viendo su asesinato como un mal necesario que le permitiría alcanzar sus metas.La muerte de Dessalines dio paso a una lucha de poder entre Christophe y Pétion, que terminó con Haití dividido en dos estados, uno en el norte gobernado por Christophe y otro en el sur, gobernado por Pétión.Sus seguidores más leales cubrieron su cuerpo con cal viva para que se descompusiera rápido, y lo sepultaron en uno de los patios interiores de la Ciudadela, para evitar que sus enemigos mutilaran su cadáver.Boyer y su gabinete sabían que La única manera de lograr esto era llegando a un acuerdo con Francia.[5] El proyecto se centraría tanto en la Ciudadela como en el cercano Palacio de Sans Souci, con la esperanza de preservar las estructuras como sitios turísticos seguros para promover el crecimiento económico local.
Vista de la ciudadela Laferrière desde su punto más alto.