Algunos ejemplos son: la rémora sobre el tiburón o los ácaros sobre el escarabajo Necrophila americana y otros escarabajos carroñeros; también los ácaros sobre insectos himenópteros (muchas especies de abejas y avispas).
[3] En algunos casos este fenómeno es beneficioso mutualmente.
Por ejemplo, algunos himenópteros poseen un órgano llamado acarinario para llevar a los ácaros foréticos.
Se piensa que los ácaros se alimentan de hongos o parásitos del nido de la abeja.
No es foresis todo lo que parece, entre los percebes o las rémoras que se unen a otros animales marinos no es de ese tipo, así como la relación entre una pulga y un perro que se conoce como comensalismo.