Se denomina cercenamiento de las aletas de tiburón (del inglés shark finning) a la práctica pesquera que consiste en atrapar tiburones, cortarle sus aletas y devolverlos mutilados al mar, donde inevitablemente morirán por asfixia —al no poder nadar y conseguir la circulación de agua por sus branquias— desangrados o devorados por otros Peces.Por otra parte, el precio de las aletas de las especies más solicitadas pueden alcanzar 600 euros por kilogramo.En las últimas décadas, muchas especies de tiburones han pasado a estar al borde de la extinción debido a la sobreexplotación pesquera no sostenible y en particular por la práctica del cercenamiento, ilegal en casi todo el mundo.[1] Este declive es más peligroso para la supervivencia de estos peces debido a sus características ecológicas, que los hacen muy vulnerables a la captura en masa.Se trata de peces que crecen lentamente; su maduración sexual se produce al cabo de bastantes años y tienen poca descendencia.