Sus capacidades y juicio eran tan notables, incluso en una edad temprana, que su padre, Antípatro, a menudo le consultaba cuestiones relacionadas con los asuntos políticos.
En 322 a. C., su padre la dio en matrimonio a Crátero, como recompensa por su asistencia en la Guerra Lamiaca.
Durante las muchas vicisitudes de fortuna que experimentó Demetrio, Fila parece haber residido principalmente en Chipre desde donde envió cartas y costosos presentes a su marido durante el asedio de Rodas.
[6] Antes ya había tenido otro hijo con Crátero, que llevó el mismo nombre de su padre.
Los atenienses, consagraron un templo a Fila, bajo el nombre de Afrodita.