Fiestas de la Cruz

Sr. Jesucristo, y en especial a la figura del Prioste, la fiesta incorpora diversos aspectos populares: danzas, hogueras (hoy transformadas en una exhibiciones pirotécnicas), enramadas, arcos de frutos del país y parrandas.

Durante el siglo XIX, tras la desaparición de la Cofradía, la fiesta queda en manos del pueblo, evolucionando notablemente.

En la actualidad, la fiesta ha adquirido gran auge, manifestado en el enrame de cruces existentes en los caminos, capillas y casas particulares.

Quizá no adviertan todos los componentes de esta tradición, bien situados en miradores, carreteras y huertas cercanas, pero quienes gusten del trato directo con los protagonistas advertirán las notas distintivas de una celebración que algunos entienden como despilfarro y derroche sin sentido, pero que para los realejeros es un instrumento de identificación y cohesión como pueblo frente al exterior.

En el aspecto artesanal destaca el municipio por la fama de sus fogueteros, y se afirma, con razón, que Los Realejos es el centro pirotécnico más importante del Archipiélago Canario y de sus artes, conocidas en los pueblos donde acuden como «a echar fuegos».