Se remonta al Egipto predinástico[1] y todavía era muy popular durante el reinado de la dinastía XIX.
Posteriormente, solo el rey entraba al santuario interior donde la estatua terrenal del dios Min era guardada por sus sacerdotes.
En la mitología egipcia esto permitía que el alma del dios visitara y saliera para regresar a su hogar en las estrellas cuando fuera necesario.
Delante del dios Min se desarrollaba una gran procesión ceremonial de sacerdotes que incluía cánticos y danzas sagradas.
[4] El faraón durante esta fiesta procedía también a una suelta de aves (halcones y/o gansos) que debían volar hacia los cuatro puntos cardinales.