Con este incentivo, cientos de aventureros extranjeros llegaron a la isla con la esperanza de encontrar en tan anheladas y lejanas tierras, el sustento inicial para producir auspiciosas fortunas.
[2][3][4][5][6][7] Sin embargo, estos sueños se verán diezmados por el rápido agotamiento del tan preciado metal.
Fue realizada por buscadores de oro de América y Europa,[8] trabajaron la estepa y la costa del canal Beagle en busca del escurridizo metal.
El explorador y pionero Julio Popper que se asentó en la bahía de San Sebastián, fundó El Páramo en 1887.
Hacia 1909 se agotaron las minas, y gran parte de los mineros, sobre todo croatas, se quedaron en la isla, aportando el primer impulso poblador.