Es un tipo de ensalada fría que puede llegar a tener más de 50 ingredientes y, aunque no exista una única receta para elaborarla, sus ingredientes se pueden clasificar en cuatro grupos: carnes, embutidos, verduras encurtidas y quesos.
El origen de este platillo se remonta a la época colonial.
Existen dos variantes principales: rojo y blanco, que se diferencian por el uso de remolacha (conocido en otros países como betabel) que proporciona el color rojo característico al fiambre.
A lo largo de los años, cada región le ha dado un sabor especial y cada hogar le proporciona un toque que lo hace memorable y digno de comerse solamente una vez al año.
No importando la variante regional ni el lugar donde se sirve, se come en cualquier parte del país y brinda una agradable sensación al paladar, que viene de una larga experiencia culinaria, la cual mientras se prepara o se consume, tiene el propósito de recordar y dar homenaje a los seres queridos que ya no están presentes en vida.