La disposición mencionada permite que sea utilizado en zonas donde haya una gran pendiente de más del 8%,[1] en las cuales el funcionamiento por adherencia entre carriles y ruedas no sería posible debido a la escasa fricción entre aquellas.
Se emplea principalmente en trenes de montaña para turistas y también en las montañas rusas para llegar a la primera o las principales elevaciones.
En 1812, el inglés John Blenkinsop construyó unas vías de cremallera para una máquina locomotora lenta.
Después, en 1862 el suizo Niklaus Riggenbach colocó la cremallera en un tercer riel.
Se han desarrollado diferentes sistemas de engranajes.