Fernando de la Campa

A lo largo de su vida el logró acaudalar una gran fortuna en la minería, ganadería y agricultura, a la par de estos éxitos comerciales, también se distinguió en la campaña militar.

Fue un hombre noble y caritativo que gozaba de gran prestigio entre los zacatecanos.

Construyó veintidós capillas, varios monasterios y el santuario de Plateros.

Dentro de este matrimonio, Fernando tuvo dos hijas María Ildefonsa y Juliana Isabel.

[1]​ En el año 1733 contrajo nupcias nuevamente, esta vez con Isabel Rosa Ceballos, después fijaron su residencia en la Hacienda de San Mateo.

Poco antes de su muerte el Conde volvió a su Hacienda en San Mateo.