Ejerció su profesión en varios hospitales, ingresó al ejército mexicano y como cirujano se le reconoce como uno de los primeros en operar tórax y resecar una masa esternal.
Fue un invaluable apoyo de alumnos como Gustavo Baz, Ignacio Chávez y otros que serían luminarias de la ciencia médica.
En 1934, durante el mandato presidencial del general Lázaro Cárdenas fue nombrado rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La respuesta del gobierno mexicano, así como diversas manifestaciones estudiantiles exigiendo su renuncia, llevaron al rector junto con 28 consejeros universitarios a presentar su renuncia.
En 1949, le fue concedido el grado de Doctor honoris causa.