1505-1525) fue un pintor español del Renacimiento estrechamente relacionado con Fernando Yáñez de la Almedina, activo en Valencia y Murcia.
El único dato documental que alude a sus orígenes se encuentra en el nombramiento que en 1507 le otorgó la parroquia de Santo Tomás de Valencia para que en unión de Yáñez tasase las pinturas que Rodrigo de Osona había hecho para esa iglesia, donde ambos Fernandos son llamados «pintors castellans».
Los pagos por esta obra se extienden hasta septiembre de 1510.
Un año más tarde, en octubre de 1514, aparece en Murcia en solitario, trabajando para el Concejo.
Por mandato de éste y junto al regidor Pedro Riquelme viajó a Cartagena para pintar unas vistas de la ciudad y del Mar Menor, labor en la que estuvo ocupado siete días.
Advirtiéndose dos manos en la pintura de las tablas, delimitar la parte que corresponde a cada uno de los pintores ha resultado problemática, no existiendo acuerdo unánime en las atribuciones avanzadas hasta la fecha.