Dos años más tarde, participó en nuevamente en la Copa América 1937, donde Argentina ganó el campeonato sudamericano.
Bello jugó en los dos últimos partidos, decidir la batalla por el campeonato contra Brasil.
Argentina ganó los dos encuentros, y Bello no recibió ni un solo gol.
En 1938 y 1939 Bello obtuvo, con Independiente, el campeonato argentino dos veces de manera consecutiva.
[3] Bello se destacaba por su elegancia y capacidad atlética a la hora de atajar: conocía su oficio como pocos.