En dicho año se incorporó al Colegio de Abogados siéndole confiada, en sustitución, la cátedra de Derecho romano en la citada Universidad.
Tomando a cargo suyo el periódico de Administración y Justicia municipal titulado El Consultor de los Ayuntamientos y Juzgados Municipales, realizando otras cincuenta obras jurídicas y administrativas.
Hombre comprometido con la ilustración y la corte, escribió muchos manuales prácticos de gobierno.
A principios del año 1875, fue nombrado secretario general de la intendencia de la Real Casa y patrimonio; conquistó la confianza del rey que, al depositarla en él, le encomendó personalísimas comisiones, confiriéndole el nombramiento de subintendente general.
También fue nombrado intendente general de la real casa y patrimonio.