En 1963 Leonardo Sciascia visita casi por azar su primera muestra fotográfica, que tiene como tema las fiestas populares, cerca del círculo cultural de Bagheria.
Cuando se encuentran, nace enseguida una amistad que será fundamental para la carrera de Scianna.
[5] En 1984 colabora con Bresson y André Pieyre de Mandiargues para Henri Cartier-Bresson: portraits (Collins).
Mientras tanto traba amistad y colabora con varios escritores de éxito, entre los cuales está Manuel Vázquez Montalbán (que años más tarde escribe la introducción de Las formas del caos, 1989).
[6]) En los años ochenta trabaja también en moda y en publicidad, afirmándose como uno de los fotógrafos más requeridos.