Este término, también conocido como molecular photofitting, se usa principalmente para referirse a la predicción del aspecto físico de una persona y/o su ascendencia biogeográfica para fines forenses.
La modelización predictiva es usada posteriormente para construir modelos matemáticos que permitan predecir los caracteres de nuevos sujetos.
Esto significa, para fines forenses, que previamente los investigadores ya han obtenido e identificado ADN de un sospechoso potencialmente coincidente.
Las declaraciones de testigos oculares y los perfiles del FBI indicaron que el perpetrador era probablemente un hombre caucásico.
La prueba indicó que la ascendencia del sujeto era 85% raza africana-subsahariana, y 15% caucásica, señalando así a un individuo afroamericano, lo cual cambió la dirección de la investigación.