En dicho documento, que conjugaba —según Ángel Viñas— «la tradición de la Inquisición española y los principios fundamentales del derecho penal nazi», Acedo Colunga defendía el exterminio físico, moral y económico tanto de los criminales del bando republicano como de todos los que manifestasen dicha ideología o fuesen masones, comunistas o anarquistas.
Durante su mandato en Barcelona aborda una coordinada política de la vivienda, con la represión del barraquismo.
[7] En 1952 emitió una circular en la que obligaba a hacer un censo de barracas y ordenaba evacuar a las personas que no acreditasen vivir en un domicilio autorizado o no tener un contrato de trabajo.
[8][9] Asimismo obliga al dibujante Joaquín Muntañola Puig a dejar de dibujar las blancas historietas Don Felipe que aparecían cada día en El Correo Catalán, porque el personaje bajito y calvo que las protagonizaba tenía su mismo nombre.
[10] Fue cesado en 1960 por su incapacidad para combatir el resurgido catalanismo sin, paralelamente, afectar a la sensibilidad de los regionalistas conservadores que apoyaban al régimen.
Con este alcalde y Francisco Miró-Sans como nuevo presidente del Barça, se acordó la primera recalificación.