Federico Rubio Álvarez

Es considerado mártir y venerado como beato en la Iglesia católica.

Ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, donde al hacer su profesión cambió su nombre por Federico.

Realizó sus estudios de teología en la Pontificia Universidad Gregoriana.

[2]​ Al estallar la guerra civil, Federico se encontraba en Talavera de la Reina, junto a todos los miembros de la Escolanía, fue arrestado el 25 de julio de 1936, se le sentenció a muerte y fue fusilado a las afueras del municipio.

A causa de los numerosos impactos de bala y golpes su cara quedó totalmente desfigurada.