Como parte de pago, el club rosarino cedió a Huberto Giménez al cuadro cordobés.
[2] Se destacó por su alta eficacia goleadora; en su torneo debut, el Campeonato de Primera División 1945, marcó 10 goles en 14 partidos, mientras que al año siguiente convirtió 23 tantos en 26 cotejos, marca que igualmente se vio superada por los 24 goles de Mario Boyé, goleador de ese certamen.
[3] Marcó 3 goles en clásicos rosarinos, todos durante el Campeonato de Primera División 1946.
[4] Sus destacadas actuaciones llamaron la atención de Boca Juniors, club en el que jugó dos temporadas y media, sin lograr mayor continuidad.
Pasó a Platense al iniciarse la segunda ronda del Campeonato de Primera División 1949; en el calamar jugó hasta 1952.