Federación Obrera Regional Peruana

Desde la central sindical argentina se envió a José Spagnoli y Antonio Gustinelli, dos militantes italianos, para ayudar en la organización de una federación anarquista.La huelga alcanzó en El Callao el paro total, adhiriendo gasistas, molineros, tipógrafos, panaderos y otros gremios.Este ejemplo fue seguido por otros gremios, que iniciaron sus campañas por la jornada laboral de 8 horas en todo el territorio del Perú.Frente a ello, el Comité decreta una huelga para el 27 de mayo.[6]​ El gobierno impuso la Ley Marcial, y allanó domicilios particulares, locales anarquistas y sindicales; creó un nuevo fuerza antimotines, debido a la renuencia a reprimir de algunas tropas, denominada Guardia Urbana.[7]​ En su Declaración de Principios, la Federación Obrera Regional del Perú consideraba que los capitalistas acaparaban los beneficios, monopolizaban el mercado y reducían los salarios, que existía una carencia absoluta de moralidad y justicia en la sociedad, y que esta injusticia social obligaba a los trabajadores a buscar medios para lograr un mejor estado social de libertad integral e igualdad económica.La Federación declara: El gobierno de Leguía buscó modernizar el modelo capitalista peruano, para lo que impulsó la mediación en los conflictos obreros.Los miembros de una segunda Federación Obrera Local de Lima (FOLL), adhirieron al aprismo y al marxismo, y finalmente rompieron tácitamente con los sindicatos y grupos libertarios en 1925, al no invitarlos a la celebración del Celebración del 1 de mayo.Los sindicatos anarquistas no solo se limitaron al mundo urbano, sino que tuvieron participación en los movimiento rurales, en especial los obreros azucareros.Urmaechea, el director del periódico El Proletariado y otros militantes fueron obligados a exiliarse.Luego de que fue derrocado Leguía, se creó la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) (integrada por apristas y marxistas) en la cual los anarcosindicalistas casi no tuvieron intervención.