[5][6] La «fe religiosa» tiene una serie de puntos comunes en casi todas las religiones existentes, y también desencuentros.[8] Esta no solo supone la obediencia externa a dicha autoridad sino también una comprensión profunda y personal de las enseñanzas religiosas.En sus enseñanzas, el saddhā a veces se describe como: Mientras que la fe en el budismo no implica "fe ciega", la práctica budista no obstante requiere cierto grado de confianza, principalmente en la conquista espiritual de Gautama Buda.La actitud de la voluntad en la fe la describe San Agustín de la siguiente forma: «credere non potest nisi volens» —no se puede creer si no se quiere—,[13] y Santo Tomás hace énfasis en la unión entre voluntad y pensamiento al decir que «la fe es retener por seguramente verdaderas ciertas afirmaciones intelectuales, bajo el influjo y la adhesión de la voluntad».[14] Los términos usados más frecuentemente en el Antiguo Testamento para representar la actitud de fe son batāh — esperar confiadamente en ...— y amān — mantenerse fiel a...—.Las raíces anteriores se corresponden en el Nuevo Testamento por élpis, elpizo y pístis, pistéou respectivamente.Igualmente, «toda sabiduría proviene de Dios» que, además, puede comunicarla a los hombres.Por eso, si bien es un ejercicio de una facultad superior del hombre, es una dependencia, e incluso pobreza, en cualquier sabiduría humana.[21] En los Evangelios la fe está totalmente ligada a la revelación del Reino de Dios cuya base y fundamento es el mismo Jesucristo que revela la doctrina, no como los antiguos profetas, sino como quien tiene autoridad, autoridad que, a la vez, estaba confirmada por los milagros.— Mt 7,7; Mc 1,22; Lc 4,32 — y para tenerla, Jesucristo dejó claro que la fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él.En la vida corriente, en las relaciones humanas creer lo que dicen otras personas no es contrario a la dignidad propia.Por eso, la investigación metódica, cuando se actúa de una forma realmente científica y siguiendo una normativa moral, no estará nunca en oposición con la fe ya que las realidades de fe y las profanas tienen su mismo origen: Dios.[31] Cuando una persona se siente llamada por Dios a servirle, queda vinculada por su conciencia, pero no coaccionada.[32] Según la Iglesia católica, para obtener la salvación es necesario creer en Cristo y en Quien le envió ya que sin la fe no se puede agradar a Dios.[34][36] El judaísmo no exige al fiel explícitamente identificar a Dios (un dogma central de la fe cristiana, que es llamada Avodah Zarah en el judaísmo, un forma menor de idolatría pero un gran pecado y prohibición estricta para los judíos).En cambio se pide honrar a la idea (personal) de Dios apoyada por los muchos principios citados del Talmud para definir al judaísmo, principalmente por lo que no es.[37] En la francmasonería, se habla de tres virtudes, mencionadas en la marcha del aprendiz: "Tengo fe en mis ideales, esperanza en realizarlos, por amor a la humanidad.En su obra Human Society in Ethics and Politics, en su capítulo Will Religious Faith Cure Our Troubles?[38] Richard Dawkins describe a la fe como una creencia sin evidencia; un proceso activo de no pensar.[39] Tal visión ha de ser matizada, ya que, si bien la ciencia rigurosa ha de ser contrastable y cuantificable, ello no significa que fuera del conocimiento experimental no puedan encontrarse verdades respetables.
El Triunfo de la Fe sobre la
Idolatría
. Jean-Baptiste Théodon (1646–1713)