El resultado permite estudiar el comportamiento del material con mayor profundidad para comprender mejor los complejos fenómenos mecánicos y metalúrgicos (propagación de la grieta, trabajo ablandamiento, concentración de tensión, endurecimiento de trabajo, etc.)[1] Los factores comunes que se han atribuido a la fatiga de ciclo bajo son altos estrés niveles y un LCF hasta fallar.
Se han realizado muchos estudios, particularmente en los últimos 50 años sobre metales y la relación entre la temperatura, tensiones y número de ciclos hasta la falla.
Las pruebas se utilizan para trazar una Curva S-N, y se ha demostrado que el número de ciclos hasta fallar disminuye al aumentar la temperatura.
Muchos elementos estructurales como vigas, muros y columnas fallaron por fatiga, quedando expuestos los refuerzos de acero usados en el diseño con claras muestras de pandeo longitudinal.
[8][9] Este evento provocó que las normas chilenas de diseño sísmico tuviesen que actualizarse basadas en las observaciones en estructuras dañadas provocadas por el terremoto.