Fataga está situada en el barranco de Fataga, llamado el "valle de las mil palmeras", entre acantilados escarpados marrones, rodeado por una estrecha franja de color verde.
Fataga es una de las localidades que mejor cuidan su patrimonio en Gran Canaria.
Varias casas conservan su estado tradicional canario, en sus viejas y estrechas calles pavimentadas con piedra.
Es por ello que tiene una candidatura del Patrimonio Mundial.
Los residentes realizaron un enorme esfuerzo contra el fuego en la aldea: no se consiguió hacer invisibles los daños, pero la aldea quedó habitable inmediatamente.