[2] Los síntomas más comunes incluyen fiebre, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados.
[4] La faringitis estreptocócica es una infección contagiosa que se propaga por el contacto cercano con un individuo infectado.
En los casos ya confirmados o con alta probabilidad, los antibióticos son útiles tanto para prevenir complicaciones como para acelerar la recuperación.
[4] Los ensayos no son necesarios en niños menores de tres años, ya que los estreptococos del grupo A y la fiebre reumática son poco comunes, excepto en caso de que tengan un hermano con la enfermedad.
[5] Un cultivo de exudado faríngeo o un RADT positivos asociados con los síntomas determinan una valoración eficaz en aquellos pacientes en los que existen dudas sobre su diagnóstico.
[14][15] En adultos, un RADT negativo es suficiente para descartar el dictamen; sin embargo, en niños se recomienda un cultivo de exudado faríngeo para confirmar el resultado.
[16] Una amigdalectomía puede ser una medida preventiva razonable en personas con infecciones frecuentes —más de tres al año— en la garganta.
[1][9] Los analgésicos —como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y el paracetamol— ayudan considerablemente a paliar el dolor asociado con la faringitis estreptocócica.
[6] El antibiótico que se utiliza en los Estados Unidos y en Europa es la penicilina V o la amoxicilina,[n. 2][5][24] mientras que en la India, donde el riesgo de una fiebre reumática es más alto, se sugiere el tratamiento con penicilina benzatina como primera opción.
[1][14] Se prescriben principalmente para reducir complicaciones poco comunes, como fiebre reumática y absceso periamigdalino.
[25] Se prescriben antibióticos para casos de faringitis estreptocócica en un índice más alto del que se esperaría por su prevalencia,[26] y recomiendan eritromicina y otros macrólidos o clindamicina para personas con graves alergias a la penicilina.
Además, la infección varía con la edad en individuos sanos y pacientes con dolor de garganta.