Fanny de Beauharnais

Entre otros contemporáneos más famosos en la actualidad que ella, en su época era la mujer que ilustraba con más libertad el feminismo, durante toda su vida literaria, [...] luchar para defender el estatus de mujeres-autoras, con objetivo de obtener el derecho de todas las mujeres a explicarse.

A los diez años compuso un poema que fue requisado y destruido por las hermanas religiosas, como si fuese un tratado herético.

Aquí recibe a numerosas personas relacionadas con las letras, formando así el génesis de lo que posteriormente sería conocido como salón literario.

En 1777, conoce al nuevo director del Journal des dames, Claude-Joseph Dorat, que se convierte en su amante.

Se muestra en compañía también de la feminista Anne-Marie du Boccage, autora con la que muestra una gran intimidad[12]​ En su salón literario también se encuentran, entre otros, Cazotte, Rabaut, Potocki, Bitaubé, Soulavie, Baculard d’Arnaud, Beffroy de Reigny, Bailly, Dussaulx, Lévesque, Robin, La Salle, Gudin, Cournaud, Brizard, MM.

Esta obra se ve interrumpida en el tercer acto por calumnias misóginas de la sociedad.

En su casa, en ese mismo año, Talma lee de forma privada su obra Charles IX de Marie-Joseph Chénier, cuya creación y publicación resulta ser todo un evento político.

En 1800, L'Isle de la Félicité, un extenso poema la consagra en el Lycée de Toulouse, también conocido como la Académie des Jeux floraux, del cual comienza a formar parte al igual que ilustres como Voltaire.

Se reúne también con numerosos hombres como Verninac, Cournand, Vigée, Boufflers, Roquelaure, Mercier, Cailhava, Delisle de Sales, Volmerange, Denina... Su influencia crece más aún cuando conoce, en 1810, a otra mujer poeta, Fortunée Briquet.

Vivió desde entonces en la rue Saint-Dominique, en la que murió tres años más tarde un poco en el olvido.