Falla activa

Una falla es considerada activa si ha tenido algún evento sísmico reciente o evidencia de que haya ocurrido algún sismo en los últimos 10 000 años.[1]​ Una falla geológica activa es considerada un peligro geológico al estar relacionada con la posible generación de sismos, que pueden causar movimientos en la corteza, deformaciones, deslizamientos, derrumbes, licuefacción y tsunamis.[2]​ Las fallas cuaternarias son las fallas que se han reconocido en la superficie terrestre y de las que hay evidencias de movimiento en los últimos 2 590 000 años, duración del periodo Cuaternario.[3]​ El estudio de las fallas activas está ligado a la tectónica, sismología, geodesia, geomorfología y otras disciplinas.[2]​ Varios métodos geológicos se usan para definir los límites de las placas tectónicas, como la teledetección y mediciones magnéticas.