Llegó a tomar parte en la Guerra del Rif, donde participaría en diversas acciones militares con el Grupo de fuerzas regulares de Larache n.º 4.
[2] Tras el estallido de la Guerra civil se puso a disposición de las autoridades republicanas, aunque ya en el verano de 1936 intentó fugarse a la zona rebelde, sin conseguirlo.
Al igual que el teniente coronel Antonio Garijo, hacia el final de la guerra Muedra se habría mostrado opuesto al gobierno republicano y mantuvo contactos con las fuerzas franquistas,[10] con las cuales habría colaborado.[n.
2] Al finalizar las hostilidades sería hecho prisionero por los franquistas, juzgado y condenado a penas de prisión, causando baja en el ejército.
A juicio del historiador Ángel Bahamonde, el coronel Muedra "representa el paradigma del militar desleal a la República", cooperando con el espionaje enemigo al menos desde 1938 y saboteando en la medida de sus posibilidades las acciones armadas de los leales republicanos.