Hasta 1939 se produjeron varios cambios en la dirección y la situación económica empeoró.
Krakowska, y en noviembre del mismo año adquirió la compañía Rekord donde aparte de esmaltados, se fabricaba munición, esencial para la guerra.
También consiguió construir un subcampo en Płaszów con la premisa de que "sus" judíos tenían contacto directo con los guardias del campo.
Los empleados judíos, en aquella época no tenían derecho a nómina, razón por la cual, en la empresa solo había ciudadanos de dicha etnia.
Debido a la situación bélica de entonces, Schindler, junto con su contable Itzhak Stern, redactó una lista donde aparecían sus empleados, los cuales fueron trasladados a Brünnlitz, Protectorado de Bohemia y Moravia (Chequia en el presente).