Expedición de Estados Unidos a Corea

Al no recibirla, los estadounidenses decidieron mandar una expedición de castigo que alcanzó Corea diez días después.

[2]​[3]​ Las fuerzas coreanas, también conocidas como los «Cazadores de Tigres», estaban dirigidas por el General Eo Jae-yeon.

Los estadounidenses consiguieron hacer un contacto seguro con los habitantes coreanos, descritos como «gente que lleva ropa blanca».

La flota estadounidense no fue seriamente dañada, debido «a la mala artillería coreana, cuyo fuego, aunque fue intenso durante al menos quince minutos, no pudo acertar directamente a los barcos, y en consecuencia sin mucho efecto».

Estados Unidos exigió una disculpa oficial en los siguientes diez días y al no haber respuesta, Rodgers decidió asaltar los fuertes.

En aquel momento los coreanos estaban reagrupándose allí, mientras que otros comandos coreanos intentaron flanquear a los estadounidenses, pero fueron derrotados, ya que los estadounidenses ya había conseguido situar de forma estratégica toda su artillería en dos colinas.

Una vez que los bombardeos pararon, los estadounidenses cargaron contra la ciudadela, liderados por el teniente Hugh McKee.

[6]​ Mientras sirvió de abanderado a la tropa del USS Colorado, Cyrus Hayden izó la bandera estadounidense bajo fuego enemigo.

Las bajas de los estadounidenses fueron McKee, Seaman Seth Allen, y el marine raso Denis Hanrahan.

[12]​[13]​ Estados Unidos no fue capaz de conseguir sus objetivos diplomáticos, ya que los coreanos rechazaron negociar.

Un junco coreano en 1871, foto tomada por los estadounidenses durante la expedición.