La expedición en sí no tuvo gran éxito, aunque demostró que un grupo pequeño podía llegar a los más remotos lugares del entonces desconocido territorio al norte de la Nueva España y también que era muy alto el riesgo de dejar a misioneros solos entre los nativos, aunque eso no impidió que en años siguientes otros aventureros decidieran probar fortuna.
La expedición incluyó a nueve soldados españoles, tres clérigos católicos, entre ellos fray Augustin y 19 sirvientes indios, entre ellos dos mujeres.
Los exploradores estimaron que los indios entre La Junta y El Paso sumaban alrededor de 10 000 personas.
[3]: 146 [2]: 271 Los estudiosos debaten cuál de esas diversas tribus, si lo era alguna, eran las conocidas más tarde como jumanos.
Tenía entre 400 a 500 casas, con cuatro o cinco pisos, lo que indica una población de tal vez 10 000 personas.
De mala gana, Chamuscado accedió a su deseo y lo dejó partir.
Los soldados se aventuraron hacia el este, ya en las Grandes Llanuras en busca de bisontes.
Unos cuatrocientos hombres armados con arcos y flechas salieron a su encuentro, pero Fray Rodríguez les calmó.
El español los describió como «personas desnudas» —-incivilizadas—, y se interesó especialmente por los perros indios que tiraban travois con todas sus pertenencias, Los indios les dijeron que había manadas de bisontes a dos días al este y eran «tan numerosa como la hierba de los campos».
[3]: 148 Retornando al valle del río Grande, viajaron al oeste hasta Acoma Pueblo y Zuni, pero fueron detenidos por las nieves del invierno y no pudieron continuar hasta los poblados de los hopi.
Además, se enteraron de otros pueblos, incluyendo los Hopi que no pudieron visitar.