Expedición a Junín de 1881

1882 1883 La Expedición a Junín, también llamada Expedición Letelier, fue enviada en 1881 por el gobierno de ocupación chileno en Lima para acabar con las fuerzas peruanas (remanentes de las batallas de Chorrillos y Miraflores y otros montoneros) que se habían reagrupado en el valle del Río Rímac y en el del Río Mantaro, prácticamente en Junín.

También figuraba un civil enrolado con el mismo rango, Basilio Romero Roa, muy amigo de Lagos, según Gonzalo Bulnes.

Allí trazó Letelier las tareas a cumplir: El prefecto de Piérola, llamado José Santos Aduvire, huyó hacia el norte y no como previsto hacia el sur, pero todos los destacamentos invasores divididos en pequeño pelotones, llegaron a sus destinos sin encontrar resistencia y cubrieron desde Huanuco (norte) hasta Jauja (sur) y desde Chicla (oeste) hasta Tarma (este).

La expedición fue dividiéndose en pequeños destacamentos, prueba de que en ese momento no había resistencia militar organizada.

En 1879 había organizado una unidad militar y donado $ 400 para su creación lo que fue considerado por Letelier un "delito".

Con la segunda orden, le fue autorizado enviar un pelotón a Canta para disolver las montoneras que hubieran podido formarse en la región.

[6]​ La decisión de la Corte Suprema en Santiago tuvo una gran importancia ya que extendió su autoridad a las zonas ocupadas por el ejército a costa de la autoridad militar sobre esos territorios.

Los abusos cometidos por Letelier causaron consternación y tanto el como sus ayudantes fueron condenados por los tribunales militares chilenos en Lima y enviados de regreso a Chile, donde Letelier apeló a la Corte Suprema de Chile que lo favoreció.

La expedición de Letelier sembró un germen malo para la causa chilena, preparó el terreno para los posteriores infaustos acontecimientos.

El año siguiente la expedición del Canto debió enfrentar otras actitud de la población.

Sátira de El Padre Cobos a lo sucedido en Huanuco. El 6 de octubre, fue publicada esta caricatura que muestra una escena donde gran cantidad de indígenas pobremente armados son muertos con facilidad e inmisericordia. Según el parte oficial, en Huanuco unos pocos chilenos derrotaron a un enemigo infinitamente superior en número. Este dibujo vio la luz con el objeto de aplaudir la victoria chilena en el combate.