Nansen supervisó la construcción de un buque con un casco redondeado y otras características especialmente diseñadas para resistir una presión prolongada del hielo.
El barco apenas estuvo en peligro durante su largo aprisionamiento y salió ileso después de tres años.
Aunque Nansen abandonó la exploración después de esta expedición, sus métodos de viaje y supervivencia, que desarrolló con Johansen, influyeron en todas las expediciones polares que les siguieron en las próximas tres décadas, al norte y al sur.
Al buque se le dio el nombre de Fram (que en noruego significa «Adelante»).[Hu.
Uno de los solicitantes fue Roald Amundsen, entonces con 20 años y futuro conquistador del Polo Sur, cuya madre le impidió ir.
También quiso participar el explorador inglés Frederick George Jackson (1860-1938), pero Nansen lo rechazó ya que solo quería noruegos, por lo que Jackson, afortunadamente como luego se vería, organizó su propia expedición a la Tierra de Francisco José, la expedición Jackson-Harmsworth.[Fl.
Theodore Jacobsen, que tenía experiencia en el Ártico como capitán de una balandra, firmó como piloto del Fram y el joven teniente naval Sigurd Scott Hansen se hizo cargo de las observaciones meteorológicas y magnéticas.
El teniente del ejército en la reserva y experto en la conducción de perros Hjalmar Johansen estaba tan decidido a unirse a la expedición que aceptó inscribirse como fogonero, el único puesto vacante.
[N-I 15] Ivar Mogstad, que era funcionario del hospital psiquiátrico de Gaustad, impresionó a Nansen por sus habilidades técnicas como mecánico.[Hu.
9] Los miembros restantes fueron Theodore Jacobsen, Peter Henriksen, Bernhard Nordahl y Bernt Bentzen, el último que incorporó a la expedición en Tromsø, en un corto plazo.
Después del aprovisionamiento final, Nansen, Sverdrup, Hansen y Blessing pasaron sus últimas horas en tierra en una sauna, siendo golpeados con varas de abedul por dos chicas jóvenes.[Hu.
15] Por otra parte, las primeras semanas en el hielo fueron decepcionantes, ya que la deriva era impredecible y trasladó el Fram de manera variable, a veces al norte, a veces, al sur;[Fl.
17] La tripulación se entregó a una cómoda rutina en la que el aburrimiento y la inactividad eran los principales enemigos.
[N-I 19] Basándose en la dirección incierta y la lentitud de la deriva, Nansen calculó que el barco podría tardar cinco años en llegar al Polo.[Hu.
Esto, según el biógrafo e historiador Roland Huntford, equivalía a una revolución en los métodos de los viajes polares.[Hu.
Tres días más tarde Nansen le preguntó a Hjalmar Johansen, el más experimentado conductor de perros de la tripulación, si se uniría a él en tal viaje polar.[Hu.
Sin embargo, la presión disminuyó y la tripulación volvió a bordo, reanudando los preparativos para el viaje de Nansen.
Un grupo de apoyo acompañó a la pareja y compartieron el campamento la primera noche.
[N-II 4] Sin embargo, la misma entrada del diario registra un accidente ese día: los relojes de ambos hombres se habían detenido.
Pronto aparecieron más rastros y Nansen empezó a creer que la tierra podría estar cerca.[Hu.
39] Solo podían continuar hacia el sur con la esperanza de encontrar un accidente geográfico que pudieran identificar con certeza.
42] En Año Nuevo fabricaron con un saco de dormir descartado unas ropas simples para el exterior —blusa y pantalón— , preparándose para la reanudación de su viaje tan pronto como el clima se volviese más cálido.
Una semana después, Nansen se vio obligado a arrojarse a las aguas heladas para rescatar los dos kayaks que, aún atados juntos, se había alejado después de haber sido amarrados con descuido.
Luego oyó voces y unos minutos más tarde se encontró con un ser humano.[Fl.
[N-II 9] Johansen anotó en su diario que Nansen había cambiado mucho desde una personalidad autoritaria de los días del Fram, y ahora estaba apagado y era cortés, aunque firme en que nunca emprendería un nuevo viaje.[Fl.
Concluía: «Que nos encontramos en Noruega, ya sea a bordo de este buque o sin él».
14] A partir de este punto, la deriva fue en general al suroeste, aunque el progreso fue durante largos períodos casi imperceptible.
[11] Más tarde, en ese mismo día, avistaron un barco, el Søstrone, un foquero de Tromsø.
52] El estatus de Nansen nunca fue seriamente cuestionado, aunque no escapó a la crítica.
«Supera la comprensión —escribió Greely— ¿Cómo Nansen se pudo desviar del deber más sagrado que incumbe al comandante de una expedición naval».