Evangelina Guerrero

Era hija mayor del «Príncipe de la poesía lírica filipina» Fernando María Guerrero.

Se casó en 1929 con Antonio Zacarías, secretario del Senado de Filipinas.

Colaboró con periódicos como La Opinión, La Vanguardia o El Debate, así como la revista Excelsior —de la que fue editora—.

[1]​ Escribía cuento, ensayo y prosa lírica.

Obtuvo el Premio Zóbel en la edición de 1935 por su poemario Kaleidoscopio Espiritual (Ciudad Quezón, Imprenta Phoenix 1959)