[4] Evangelina apeló directamente al Gobernador, pero según ella misma, el coronel aparentemente confundió sus súplicas por una cuestión romántica.
Posteriormente, Evangelina negó cualquier plan y afirmó que solo intentaba protegerse de los abusos del coronel.
[3] Esto significó un punto álgido en la prensa amarilla de la época, puesto que Hearst y Pulitzer intentaban superarse mutuamente con noticias cada vez más sensacionalistas para atraer al grueso de su público ubicado en Nueva York.
[3] Las súplicas al gobierno español e incluso a la reina regente de España, no tuvieron éxito.
[6] Al haber llegado Decker a Cuba, este reunió a gente para ayudar en el esfuerzo, de los que se incluyen los rebeldes cubanos y simpatizantes estadounidenses de la causa independentista (quienes dominaban el español).
[4] Decker tenía una habitación alquilada en un edificio contiguo y tenía además una escalera que se extendía desde el techo de ese edificio hasta el techo de la cárcel.
[3] Los periódicos rivales sugirieron que se trataba de un engaño, o al menos soborno.
[9] Meses después de su escape, Evangelina Cosio se casó con Carbonnel, quien era 28 años mayor que ella.
Carbonnel murió en 1916 y en 1918, Evangelina se volvió a casar con Miguel Romero, un abogado de La Habana.